ABVD

Este servicio de apoyo es prestado por las auxiliares (en este momento todas mujeres) del Centro a los/as residentes según el grado de dependencia que presenten en relación a las distintas actividades, como son:

  • Comer
  • Lavarse
  • Vestirse
  • Arreglarse
  • Deposiciones
  • Micción
  • Usar el retrete
  • Trasladarse
  • Deambular
  • Subir y bajar escalones
  • Sueño y descanso

El Programa que se sigue, trabaja siempre para mantener la autonomía e independencia de nuestros/as residentes en todas las actividades básicas mencionadas, a través de supervisión y estimulación de la persona en todas actividades que pueden realizar por sí mismos/as.

Se establecen rutinas, que ayudan a conservar una imagen positiva de sí mismos/as, que se sientan útiles, y contribuyen a la orientación en el espacio y en el tiempo, así como aumentar la calidad de vida tanto de las personas usuarias como de las auxiliares implicadas en estas tareas.

El apoyo y ayuda expresa, solo se realiza en los casos en que por prescripción médica se informa de la necesidad de una ayuda técnica, como sería el uso de silla de ruedas, o de recurso, como en los casos de incontinencia o atragantamientos. Estas necesidades implican adaptaciones por parte del personal en la atención de las personas residentes. Para ello, se colabora estrechamente con el resto de servicios, especialmente con el Servicio Médico.

Las estrategias que ayudan a mantener la independencia:

•  Simplificar y secuenciar las tareas: Esta estrategia permite establecer prioridades, descansos o pausas pautadas y evitando tareas repetitivas. Facilita el desarrollo de la actividad y proporciona mayor comodidad al afectado y a las cuidadoras.

•  Mantenimiento de un posicionamiento adecuado: Mejora la funcionalidad de los brazos y compensa la falta de fuerza de movimientos en contra de la gravedad.

•  Dispositivos de apoyo: El uso de dispositivos o ayudas técnicas facilitan la realización de la actividad, disminuyendo la carga y los requisitos físicos para realizarla. 

•  Modificación del entorno: En esta estrategia se trata de adaptar los diferentes espacios y tiempos en función de las necesidades y el grado de dependencia.

•  Colaboración de la persona: Cuando la persona no es capaz de realizar la tarea de forma autónoma, debemos facilitar el acceso a las tareas que sí puede llevar a cabo, siempre que sea posible, adaptándose a los tiempos que la persona necesite en cada caso. Es preciso ofrecerle apoyo verbal o pequeñas instrucciones que estimulen y le ayuden a centrarse en la actividad.