La importancia de aproximarse a la familia con una actitud positiva, implica empatizar con ella, no culpabilizar y reconocer la sobrecarga que la familia soporta.
Desde este programa el objetivo principal es establecer una alianza sólida con la familia y proporcionar una estructura y estabilidad a la relación terapéutica, comprometiendo a la familia, siempre que sea posible, en el proceso. Así como, proporcionar un modelo desde el que puedan dar sentido a sus conductas y sentimientos, y a los de la persona.
La comunicación regular con la familia y estructurar todo el proceso asistencial de modo que la familia perciba que disminuye la sensación de descontrol que genera la patología de la persona. Esta comunicación se centra en problemas concretos, trabajando a su vez sobre otro de los objetivos de la intervención, que es promover la separación e independencia de la persona afectada.
Es de vital importancia favorecer expectativas razonables sobre el desempeño futuro de la persona.